TIEMPO DE PREPARACIÓN60 minutos
TIEMPO DE COCINADO20 minutos
TIEMPO TOTAL RECETA80 minutos
Raciones4
Lavamos y cortamos la parte dura de los espárragos. Los picamos en trozos pequeños. En una sartén calentamos la mantequilla (o el aceite) los sofreímos a fuego medio durante 5 minutos hasta que estén tiernos, añadimos las nueces y rehogamos un par de minutos. Añadimos la harina. Removemos bien con varillas durante 2 minutos para que pierda el sabor a crudo. Añadimos la leche templada poco a poco, removiendo sin parar para evitar grumos. Dejamos cocer 10 minutos hasta obtener una bechamel espesa. Agregamos el gorgonzola, salpimentamos y añadimos nuez moscada al gusto. Cocinamos 2 minutos más hasta que el queso se funda. Vertimos la masa en una bandeja y dejamos enfriar. Cubrimos con papel film y refrigeramos al menos 4 horas. Con ayuda de dos cucharas y las manos enharinadas damos forma a las croquetas. Las pasamos por harina, huevo batido y pan rallado. Freímos en abundante aceite caliente dándoles la vuelta hasta que estén doradas.
Y es que ese es su nombre original, ya que es la variante femenina en diminutivo del verbo francés croquer (crujir). Se crearon en Francia hace varios siglos, y la primera vez que se tiene constancia escrita de ellas es en 1691, cuando se publicó un recetario llamado Le Cuisinier roial et bourgeois (‘El cocinero real y burgués’), de Françoit Massialot, donde se las nombra 15 veces, aunque aún no se hacían con bechamel. En la Guerra de Independencia, a principios del siglo XIX, ya se sabe que se consumían en España, y desde ahí, su fama y el cariño que genera en las familias españolas no ha parado de crecer hasta nuestros días.
Su sabor, su textura crujiente por fuera y cremosa por dentro y su tremenda versatilidad son algunas de las claves de su éxito. De jamón, de bacalao, de cocido, de lacón, de cualquier tipo de queso, de picadillo… prácticamente hay croquetas de todo lo que puedas imaginar. Nosotros te proponemos unas con una mezcla de ingredientes que combinan a la perfección: gorgonzola, un queso azul de pasta cremosa y sabor ligeramente picante, nueces y espárragos trigueros.
Las croquetas no necesitan de ningún acompañamiento para ser toda una delicia, pero puedes presentarlas con unos brotes de rúcula para decorar el plato.
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