En primavera llegan a nuestra mesa hortalizas propias de la estación. Las reinas son las alcachofas, las habas, los guisantes los espárragos (blancos y verdes) y los ajos tiernos que, hasta junio, están en plena temporada y suponen la entrada gastronómica a una estación de temperaturas benévolas. ¿Sabes cómo tratarlas? Te mostramos algunas recetas sabrosas y muy suculentas.
Desde hace bastante tiempo es posible encontrar en el mercado distintos tipos de hortalizas no estacionales. Esto es debido al avance de la tecnología de cultivo que permite a los agricultores controlar la producción mediante invernaderos u otras técnicas para producir todo el año.En todo caso, estos sistemas no funcionan con todas las hortalizas, como por ejemplo, las alcachofas y los espárragos que tienen una temporada limitada.
Otro motivo por el que podemos encontrar hortalizas fuera de temporada es el comercio internacional de productos agrícolas: las hortalizas se cultivan en distintos lugares del mundo donde las condiciones climáticas son idóneas en ese momento exportándose tras su recolección a otras zonas donde no están de temporada.
En cualquier caso, no hay nada mejor que consumir productos estacionales: tienen una mayor frescura, el impacto ambiental de su producción es muy inferior, al adquirirlos se apoya la economía local y su precio es inferior y, en el caso de las hortalizas con dormancia (estado en el que las plantas dejan de ser productivas), si las eliges de producción local solo es posible tomarlas en temporada.
El sabor de la alcachofa resulta bastante indescriptible aunque agrada incluso a los menos aficionados al consumo de verduras. La alcachofa es la flor de un tipo de cardo y entre sus distintos componentes tiene fenoles con efecto antioxidante y reductor del colesterol.
La alcachofa puede cocinarse de distintas formas; también formar parte de distintos platos como menestras, panachés, arroces y pastas.
Las habas verdes son semillas de una legumbre de la que la vaina no resulta comestible. Es originaria de Oriente Próximo y es un alimento rico en fibra, en vitaminas y minerales y tiene propiedades antioxidantes. Frescas resultan digestivas y menos calóricas ya que en las secas se concentra una mayor cantidad de proteínas, carbohidratos y grasas.
Verdes son perfectas para consumir salteadas, en ensalada o en arroces. En la Comunitat Valenciana es habitual que las sirvan crudas y en su vaina como aperitivo.
Habas verdes en primavera.
¿Sabías que el guisante fue durante mucho tiempo un alimento de lujo? Aunque es oriundo del mediterráneo, Holanda tuvo mucho que ver en su popularización en Europa ya que en el siglo XVII fue el primer país europeo en apostar por su cultivo de un modo profesional. De ahí viajaron a Inglaterra donde su consumo pronto se extendió.
Los guisantes son fuente de proteínas, vitaminas, fibra y minerales, no tienen nada de grasa ni colesterol.
Manojo de esparragos verdes de temporada.
Por su parte, el espárrago es un tallo que procede de una planta originaria de Eurasia. Consumido con fruición en las épocas griega y romana, es una hortaliza que se recolecta en primavera y, debido a que los tallos crecen a distinta velocidad, únicamente pueden recogerse a mano. Gracias a su alto contenido en vitamina A es una hortaliza que ayuda a mantener la salud ocular, también tiene propiedades antiinflamatorias y diuréticas. Además, tiene muy pocas calorías.
La parte más tierna puede comerse cruda (en ensaladas destaca por su textura crujiente), queda muy bien a la plancha o salteada, también como ingrediente de revueltos, tortillas, arroces, pastas y cremas.
Son muy habituales con jamón, como ingredientes de menestras, panachés y arroces y habitual en la ensaladilla rusa tradicional.
En cuanto al espárrago blanco es producto de la mano del ser humano y data del siglo XVIII cuando en Europa se puso de moda blanquearlo cubriendo la planta con tierra para evitar que el tallo saliera a la superficie y con ello se mantuviera níveo. La costumbre pervive en nuestros días obteniendo un tallo blanco, de aroma y sabor más delicados que los de su primo verde.
Es de textura jugosa aunque en el extremo inferior suele ser bastante fibroso por lo que hay que cortarlo. Contiene variedad de vitaminas, antioxidantes y minerales, además, es muy diurético y digestivo.
Los espárragos blancos suelen comerse a temperatura ambiente: cocidos y acompañados con mayonesa o vinagreta.
Por úlitmo, los ajos tiernos -también conocidos como ajetes- proceden de la misma planta que el ajo y son los tallos tempranos que se recolectan en primavera antes de que se forme la cabeza de ajos.
Tienen una composición nutricional similar a la del ajo aunque contienen más fibra. Su sabor es parecido aunque mucho más suave y son ideales para tomar salteados, en tortillas, revueltos, pastas y arroces.
Alcachofas, guisantes, espárragos verdes y blancos, habas y ajos tiernos son protagonistas de las mesas de primavera, y fáciles de encontrar al estar en plena temporada.
Por su sabor, por sus propiedades nutricionales y por su versatilidad merecen estar presentes en tus platos.
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En este plato se juntan dos de los hits de la huerta primaveral y se enriquece con sepietas y fumet. ¡Una delicia!
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Una receta muy fresca, sabrosa y fácil de preparar. La combinación de los espárragos, el salmón y la vinagreta es todo un acierto.
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Con la llegada de los primeros calores, nos empieza a apetecer tomar sopas frías. Esta vichyssoise de espárragos te sorprenderá por su original sabor.
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Un entrante estupendo con muchos nutrientes, además de ser una receta muy sencilla de preparar.
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Los ñoquis son una pasta diferente ya que se elabora con patata además de harina de trigo. Su textura es muy diferente a la pasta habitual y con los ajetes quedan increiblemente suculentos.
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Los espárragos de Huétor Tajar está considerados como una variedad silvestre por lo que su sabor es profundo y largo. Aporta muy buenas cualidades organolépticas a la crema.
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